Quería dedicar esta entrada a conocer las características
de los chicos que forman el taller los cuales tienen entre 9, 10 y 11 años.
En estas edades se comienza a madurar el
pensamiento simbólico y se cumple el tránsito desde el individualismo a la
necesidad del grupo o pandilla. Con respecto a los afectos y a la actitud
social, los niños de esta edad potencian, por sobre sí mismos, la presencia de
referentes reales y/o de ficción que admiran. Por lo tanto, aprender a explorar
su propio discurso, poner en evidencia los vínculos que construye, los valores
que pone en juego y para él un aprendizaje importante.
Con respecto a su propio cuerpo, su
sensibilidad se agudiza. Sus percepciones son el filtro a través del cual se ve
a sí mismo y ve el entorno. La información del mundo sensible le aporta más
datos de la realidad que la clase de historia o los libros que lee. Por lo
tanto, ejercitarse en procesos perceptivos, para poder leer el mundo y leerse a
sí mismo con mayor capacidad para comprender los datos sensibles y liberarse de
estereotipos, es también un aprendizaje importante.
En este franja de edad, en Teatro, los
alumnos ya están en condiciones de identificar los elementos de la estructura
dramática. El pensamiento simbólico está en desarrollo y la curiosidad
científica se despierta, esto les permite aceptar que el universo tiene leyes
comprensibles. La arbitrariedad del pensamiento mágico de años anteriores se
desdibuja frente a los esfuerzos de observación sistemática. Lo que no debería
implicar pérdida de la capacidad imaginativa en sus productos, sino claridad
para discriminar lo fantaseado de lo real. El sujeto ha crecido en su proceso
estructurante, maneja la secuencia histórica y se preocupa por presentar
claramente el conflicto y proponer un desenlace.
Cuentan con más recursos para expresar sus
percepciones, emociones, fantasías y pensamientos y su propia concepción del
mundo y de los otros. Están interesados en descubrir cómo funciona la realidad.
En arte se preguntan por qué cada artista trabaja de un modo tan diferente,
cómo hacen para lograr determinados efectos, qué quieren expresar con lo que
interpretan, cómo podría él actuar parecido a los artistas.
Toma posición intuitiva frente a las
diferentes estéticas. Busca afinidades y rechaza lo que no le interesa. Explora
sus propias posibilidades y está permeable, como en ningún otro momento, al
contacto sistemático con la producción cultural de su entorno. Enseñarle a
buscar información en una agenda cultural y a conocer y valorar a artistas
locales será pués, una tarea grata.
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