29 de noviembre de 2014

LOS NIÑOS DE ESA EDAD

Quería dedicar esta entrada a conocer las características de los chicos que forman el taller los cuales tienen entre 9, 10 y 11 años.

En estas edades se comienza a madurar el pensamiento simbólico y se cumple el tránsito desde el individualismo a la necesidad del grupo o pandilla. Con respecto a los afectos y a la actitud social, los niños de esta edad potencian, por sobre sí mismos, la presencia de referentes reales y/o de ficción que admiran. Por lo tanto, aprender a explorar su propio discurso, poner en evidencia los vínculos que construye, los valores que pone en juego y para él un aprendizaje importante.

Con respecto a su propio cuerpo, su sensibilidad se agudiza. Sus percepciones son el filtro a través del cual se ve a sí mismo y ve el entorno. La información del mundo sensible le aporta más datos de la realidad que la clase de historia o los libros que lee. Por lo tanto, ejercitarse en procesos perceptivos, para poder leer el mundo y leerse a sí mismo con mayor capacidad para comprender los datos sensibles y liberarse de estereotipos, es también un aprendizaje importante.

En este franja de edad, en Teatro, los alumnos ya están en condiciones de identificar los elementos de la estructura dramática. El pensamiento simbólico está en desarrollo y la curiosidad científica se despierta, esto les permite aceptar que el universo tiene leyes comprensibles. La arbitrariedad del pensamiento mágico de años anteriores se desdibuja frente a los esfuerzos de observación sistemática. Lo que no debería implicar pérdida de la capacidad imaginativa en sus productos, sino claridad para discriminar lo fantaseado de lo real. El sujeto ha crecido en su proceso estructurante, maneja la secuencia histórica y se preocupa por presentar claramente el conflicto y proponer un desenlace.

Cuentan con más recursos para expresar sus percepciones, emociones, fantasías y pensamientos y su propia concepción del mundo y de los otros. Están interesados en descubrir cómo funciona la realidad. En arte se preguntan por qué cada artista trabaja de un modo tan diferente, cómo hacen para lograr determinados efectos, qué quieren expresar con lo que interpretan, cómo podría él actuar parecido a los artistas.


Toma posición intuitiva frente a las diferentes estéticas. Busca afinidades y rechaza lo que no le interesa. Explora sus propias posibilidades y está permeable, como en ningún otro momento, al contacto sistemático con la producción cultural de su entorno. Enseñarle a buscar información en una agenda cultural y a conocer y valorar a artistas locales será pués, una tarea grata.


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